¿Prestamos más atención a la memoria de las piedras que a la de las personas?

Visitamos y conservamos castillos, murallas, catedrales y puentes. Los admiramos y les damos valor, porque nos hablan del pasado. Reconstruimos relatos de otras épocas a través de la literatura y del cine. Las novelas y las series históricas nos gustan, porque nos hablan del pasado.

Y, sin embargo, no prestamos tanta atención a las personas que nos pueden hablar, de primera mano y con mayor riqueza, de nuestro pasado cercano. ¿Por qué prestamos más atención a las cosas que a las personas? ¿por qué utilizamos el pasado como entretenimiento y despreciamos un relato verdadero de sus emociones y motivaciones?

En el blog http://www.aitorurrutia.eu hay un interesante post sobre la promoción de la transmisión del patrimonio cultural y social de las personas mayores a las nuevas generaciones. Especialmente interesante es el video con la disertación del profesor Imanol Zubero sobre

a) la dificultad de la transmisión, porque vivimos en una sociedad aceleradísima que mira siempre hacia adelante y poco hacia atrás.

b) la necesidad de transmitir, porque, si no, la sociedad no funcionaria; y

c) las posibilidades de transmisión.

http://www.aitorurrutia.eu/2014/11/iii-encuentros-intergeneracionales-hartu-emanak/#comment-3292